Tener una visión general de todos los aspectos de salud de una persona implica que todos los sistemas dentro de una misma institución, o incluso de diferentes instituciones, puedan compartir la información y procesarla de forma automática. De esto se trata la interoperabilidad.
¿Qué es la interoperabilidad?
Es la capacidad de compartir información entre sistemas heterogéneos y procesarla en forma automática.
Actualmente, si bien el paciente es el titular de su Historia Clínica y la institución médica es la encargada de tutelar ese registro (ver nota), en la práctica no es posible contar con toda su información clínica centralizada. Por consiguiente, la toma de decisiones, diagnósticos y tratamientos prescriptos por los profesionales, se realiza sobre una visión incompleta del paciente.
Lograr la interoperabilidad es un gran paso hacia la atención de la salud centrada en el paciente, donde él está a cargo de su propia información médica y puede tener acceso a su historia en todo momento, incluso, colaborando con el ingreso de datos de medición diaria que contribuyan al seguimiento integral (peso, presión sanguínea, entre otros). Ver ejemplo de Estados Unidos.
¿Cuáles son las claves?
La historia clínica electrónica de Omnia Salud considera todos estos aspectos, brindando una solución en línea con las últimas tendencias de salud digital del mundo. Si estás interesado en conocerla, agendá una demo o visitá nuestra web.
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